El sueño de una inmigrante Colombiana

Una colombiana en el exterior que demuestra que sí es posible retirarse a temprana edad libre de deudas, una historia que te puede inspirar. 

La vida de un inmigrante está llena de sacrificios, no solo por el hecho de tener que cortar el cordón umbilical que nos une a nuestra tierra y costumbres. Sino el dejar atrás a todos nuestros familiares y amigos que   tanto amamos, con los que compartimos momentos inolvidables. También el hecho de dejar nuestros trabajos o posiciones escaladas que hemos obtenido a punta de esfuerzo y sacrificio,  para luego tener que llegar a un país extraño a realizar labores que nunca imaginamos. Sacrificios que bien los hacemos porque como decimos en Colombia “El trabajo no es deshonra”.

Blanca Montoya, nuestra historia de hoy. Es una mujer que como miles de colombianas tuvo que  dejar atrás  su tierra   hace más de 22 años  buscando un mejor futuro para su familia. Luego  de una crisis financiera que afectó su estabilidad laborar en 1999, tuvo que pensar cómo solucionar su situación económica, ya que tenía que pensar en el bienestar de su hija que para ese entonces tenía 13 años de edad y por la cual se llenó de valor para tomar la decisión de migrar a Estados unidos dejándola con el dolor de su alma al cuidado de sus cuidado de sus padres, quienes se harían cargo de ella durante el proceso. Mientras Blanca lograba ubicarse en un país extraño. 

Ese  nuevo comienzo no fue nada sencillo, porque cómo la gran mayoría de los inmigrantes al inicio tuvo que realizar trabajos duros a los que no estaba acostumbrada y la barrera del idioma le obstaculiza aún más este nuevo camino. “Housekeeping & Babysitting”  (Limpieza de casas y niñeras) Son dos de los trabajos más populares entre los inmigrantes que llegan a un nuevo país y no tienen recursos económicos suficientes, dominio del idioma o están a la espera por  definir su situación migratoria. 

El primer trabajo de Blanca fue con una familia Árabe y en un supermercado Haitiano donde todos hablaban inglés, pero sus ganas de superarse y avanzar le ayudaron a no desfallecer y continuar adelante para lograr traer a su hija 6 meses después de haber dejado Colombia.  

El mejor momento de su vida que la llenó de felicidad, fue el poder volver a abrazar a su hija después de esta larga separación, sentir nuevamente sus tibios abrazos llenos de tanto amor, los cuales había extrañado enormemente. Una ausencia y sacrificio que luego fueron  compensados cuando  se reunieron y juntas  continuarían con esa nueva vida que habían elegido seguir en  Estados Unidos. 

Nueve años después de explorar muchos trabajos como prestamista, ventas y seguros entre otros. Por fin Blanca, encuentra un trabajo  que se ajusta a su perfil en el área comercial y logra vincularse a VIVENTA  en donde encontró una segunda familia con la que trabajó por 14 años  ayudando a colombianos deseosos de invertir en su país y apostar por él.  

Una mujer que pensó con inteligencia y responsabilidad como lograr su retiro a temprana edad. Su sueño, lograr pensionarse en Colombia y en USA, para lo cual hizo sus aportes  hasta lograr la meta. También, desde hace 5 años empezó a programarse financieramente. Pagó todas sus tarjetas y deudas, compró un apartamento con la idea de pagarlo con los ingresos de su retiro. Se esforzó haciendo una programación de ahorros,  para que cuando el momento llegara, los gastos mensuales de pagos, no fueran una de sus preocupaciones.

Hoy a sus 65 años Blanca disfruta de su retiro, deja atrás la compañía en donde trabajó por más de 14 años para poder disfrutar de sus nietos y dedicarse a viajar, una de las cosas que le apasionan en la vida.  Sueño que puede cumplir, gracias al manejo responsable de sus finanzas. El cual sirve de inspiración a miles de inmigrantes que desean llegar a esta meta. Ella es una colombiana más a destacar,  que demuestra que todo es posible si se hace con empeño y dedicación.  

Blanquita como la llaman sus amigos y familiares hoy disfruta de su libertad financiera, goza de tiempo de calidad para disfrutar y ver crecer a sus nietos. También cuenta con tiempo y salud para  viajar y visitar a su padre en Colombia, quien se encuentra cercano a cumplir los 100 años.  

“Luchen  por sus sueños, que no desistan, que sean muy disciplinados y organizados tanto con el dinero como con su vida personal y que dejen siempre muy en alto la imagen de nuestro bello país”. -Blanca Montoya

Sé que muchos de los inmigrantes colombianos y de otros países del mundo, que viven situaciones complicadas o similares en sus lugares de origen, logran identificarse con esta historia de Blanca Montoya. También, al igual que ella, han trabajado muy duro para cumplir ese propósito de un bienestar para sus familias en el exterior. Sacrificios,

lágrimas derramadas, historias divertidas que en su momento llegaron a incomodarnos o en algún momento nos hicieron sonrojar. Momentos inolvidables con personas que la vida ha puesto en este trayecto de vida y todo lo que hemos aprendido con el transcurrir de los años.

Experiencias que nos han ayudado a conocernos más y darnos cuenta que somos unos “berracos” y que no es nada fácil iniciar una nueva vida en un país extraño, como muchos pensarían. Pero el querer es poder y nosotros los inmigrantes hemos demostrado que somos capaces de ganar muchas luchas e inspirar a miles de personas que sueñan con un mejor futuro.