¿Cuántas veces te has preguntado si eres feliz o no? y me imagino que ha sido muy difícil encontrar una respuesta para ello ¿verdad? Ser feliz es encontrar “un estado mental de bienestar conformado de emociones positivas, desde la alegría hasta el placer”. El concepto de la felicidad puede cambiar las distintas personas y culturas. Por otra parte, la ciencia que estudia la felicidad ha cobrado gran importancia en estos tiempos. Porque digamos la verdad ¿a quién no le gustaría ser feliz?
El problema es que muchos tenemos las herramientas al frente nuestro y nos las usamos correctamente. Buscamos un efímero y no valoramos todas las cosas positivas que ocurren en nuestra vida diariamente.
En este momento tan caótico para la humanidad por la emergencia de salud que estamos afrontando, en donde nos sentimos vulnerables y nos damos cuenta de que no tenemos comprada la vida. Aprendemos a sensibilizarnos un poco más, dando valor a las cosas sencillas que llenan nuestra vida de felicidad diariamente. Como lo es poder compartir con nuestra familia y amigos momentos invaluables.
Nosotros podemos cambiar el rumbo de nuestra vida si no nos sentimos satisfechos con ella. La vida es muy corta, por ello debemos “disfrutarla cada segundo como si fuera el último” sin tanto apego a lo material y tratando de hacer lo que realmente nos hace feliz en esta vida. Sin poner tanto estrés y presión a nuestros días. Apreciando la sencillez de cada instante y dando valor a los sentimientos legítimos. Vivir ligeros y agradecidos.
“La bondad es la única inversión que nunca falla”.- Henry David Thoreau
Los efectos positivos de la felicidad sobre nuestro organismo son múltiples: empezando por que mejora nuestro sentido de humor, ayuda a nuestro sistema inmune a estar fuerte, baja los niveles de ansiedad y estrés, retrasa el envejecimiento, nos reduce el dolor, nos ayuda a prevenir enfermedades graves. Los efectos de la felicidad afectan tanto nuestra salud emocional como la física.
Las hormonas de la felicidad, son las que nos hacen sentir bien cuando sus niveles aumentan en nuestro organismo. Si mantenemos sus niveles elevados nos permitirán tener una vida más armoniosa, plena y satisfecha.
Una de las principales hormonas es la endorfina, su trabajo principal es brindarnos la sensación de felicidad, para estimular su producción, debemos realizar actividades que nos resulten divertidas y placenteras. Por otra parte, nos encontramos con la oxitocina o más conocida como la hormona del amor, para aumentar sus niveles es importante el contacto físico, la meditación, escuchar buena música, un baño en la tina o un buen masaje. También compartir tiempo con nuestros seres queridos y con nuestras amadas mascotas si es que las tenemos.
Luego encontramos la dopamina, responsable de la motivación y el placer, Para aumentar sus niveles debemos evitar el azúcar, practicar la gratitud y solidaridad, permitirnos un gusto de vez en cuando que nos brinde satisfacción, entre otras. Y por último la serotonina, que nos ayuda a tener un estado de ánimo tranquilo y relajado, y para aumentar sus niveles en nuestro cuerpo es importante prestar atención al manejo del estrés , y de nuestros pensamientos, ya sea a través de la psicoterapia o de terapias alternativas. Por otra parte, exponernos a la luz del día y practicar ejercicio cotidianamente puede ayudar a aumentar la función de la serotonina cerebral.
Día Mundial de la felicidad
Tan importante es la felicidad es esta vida que hasta La Asamblea General de la ONU decretó el 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad (2012), iniciativa que se da como reconocimiento del importante papel que desempeña la felicidad en la vida de las personas de todo el mundo.
a ONU estableció los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible en el 2015, que pretende poner fin a algunos de las problemas que afectan de manera primordial a la humanidad, entre los que encontramos tres principales que sobresalen, como la protección del planeta, erradicar la pobreza y desigualdad mundial, los cuales contribuyen a garantizar el bienestar y la felicidad.
Las Naciones Unidas invitan a todas las personas de cualquier edad, así como a las escuelas, los negocios y los gobiernos, a unirse para celebrar el Día Internacional de la Felicidad.
¿Por qué es importante elegir un día internacional?
Estos días son una gran “oportunidad para sensibilizar al público en general sobre los temas de interés como los derechos humanos, desarrollo sostenible o la salud”-ONU. Por otra parte, intentan llamar la atención de los medios de comunicación y de los líderes mundiales para dar a conocer problemas que aún no han encontrado solución y que precisan la puesta en marcha de medidas políticas.
La mayoría de las personas son tan felices como ellas mismas deciden ser.-Abraham Lincoln.
Es interesante encontrar como muchos profesionales exitosos hoy en día están hablando de lo que realmente los ha llevado al lugar en donde se encuentran, aplicando la felicidad en su diario vivir. Como lo es el caso de Happynar Social en donde a través de conferencias y eventos globales presentan experiencias reales de personas que contribuyen a la felicidad ayudando a influenciar su entorno mediante conferencias inspiradoras.
“Creamos y Compartimos Conocimientos de Calidad a través de Congresos, Conferencias, Consultorías, con contenido de Valor, para tu crecimiento personal”. Una Comunidad Global de Aprendizaje sobre la Felicidad, con testimonios reales.
“Si seguimos este tipo de ejemplos tanto a nivel profesional como personal lograremos impactar positivamente nuestra sociedad”.
Por otra parte, con la situación que estamos viviendo en la actualidad creo que todos hemos aprendido una gran lección y es que debemos dar prioridad a las cosas que realmente valen la pena en esta vida, como trabajar en nuestra salud, disfrutar todos los momentos que podamos compartir con nuestros seres queridos y amigos. Ser más solidarios con las personas a nuestro alrededor y dando siempre lo mejor de nosotros cada día. Esto es lo que realmente nos ayudará a lograr esta felicidad tan anhelada.
! Hagamos la diferencia!
Escrito por: Mónica Sanabria