Su hermana Rosario lucha por dar a conocer y mantener viva toda su obra
Cuarenta y cinco años después de su muerte, el escritor caleño Andrés Caicedo tiene quien preserve su legado literario gracias a la lucha y al compromiso incansables de su hermana Rosario.
Rosario Caicedo nació en Cali en 1950, tras terminar el bachillerato empezó a estudiar Trabajo social en la Universidad del Valle, se casó muy joven y en 1972 por motivos académicos se fue a vivir a Houston con su marido.
La vida en otro país
Como en Houston no encontró un pregrado en Trabajo social, la joven caleña estudió Historia. Un tiempo después de terminar sus estudios, la pareja se mudó de Houston a New Haven.
Tras tener dos hijos y divorciarse, Rosario hizo un máster en Trabajo social y trabajó en ese campo hasta su jubilación en 2012.
Rosario vive con su esposa en Middletown y hasta hace un tiempo trabajó como voluntaria defendiendo los derechos de los inmigrantes indocumentados. Actualmente dedica una buena parte de su tiempo a escribir y a disfrutar de la literatura y el cine.
Gracias a Rosario, Andrés Caicedo tiene quien preserve su legado literario
El 4 de marzo de 1977 el escritor Andrés Caicedo se suicidó justo después de recibir un ejemplar de su novela ¡Que viva la música! —que Colcultura acababa de publicar—.
Rosario decidió tomar la iniciativa de contribuir activamente a preservar, difundir y dar a conocer el legado literario de su hermano Andrés.
Conflicto familiar
Esta decisión la tomó cuando sus dos hermanas mayores, María Victoria y Pilar, dando muestras de una actitud homofóbica intentaron evitar que una parte de la obra de Andrés Caicedo saliera a la luz porque les resultaba incómoda.
En 2008 las hermanas mayores de Andrés Caicedo promovieron la censura del libro Mi cuerpo es una celda, que el escritor chileno Alberto Fuguet estaba preparando.
Ante este episodio la menor de sus hermanas emprendió una lucha en defensa del derecho a la libertad de expresión en nombre de un autor que por estar muerto no podía hacerlo valer por sí mismo.
Rosario encontró en las redes sociales el escenario perfecto para denunciar la censura de sus hermanas y defender la publicación de aquellos textos de su hermano que estas pretendían mantener fuera del alcance de los lectores.
María Victoria y Pilar también bloquearon un proyecto del Fondo de Cultura Económica que consistía en publicar la correspondencia completa de Andrés Caicedo.
Este nuevo episodio del conflicto entre Rosario y sus hermanas propició la disolución de la sociedad creada para gestionar los derechos de la obra del escritor.
Los medios y las redes sociales le han ayudado
La menor de las hermanas de Andrés Caicedo colabora con El Espectador, El País y Las 2 orillas, cuenta con la complicidad de Luis Ospina y Sandro Romero Rey y es muy activa en redes sociales.
Lo anterior le ha permitido a Rosario entrar en contacto con personas relacionadas con la escena cultural e intelectual de Colombia, promover el derecho a la libertad de expresión, difundir sus reivindicaciones alrededor de este y conseguir apoyos contra la censura de sus hermanas
La obra de Andrés Caicedo encuentra su lugar y sale a la luz
Finalmente, Rosario consiguió que la editorial Seix Barral publicara la obra de su hermano Andrés. Hasta ahora esta editorial ha publicado ¡Que viva la música!, Noche sin fortuna, Todos los cuentos, Teatro completo, Correspondencia 1970-1973 y Correspondencia 1974-1977.
Hoy en día Andrés Caicedo tiene quien preserve su legado literario y una editorial que publique y mantenga viva su obra para que cada vez más lectores de todas las edades puedan leerla. Ambos logros son en gran parte el resultado del empeño de Rosario en la defensa del derecho a la libertad de expresión.
En su adolescencia Rosario empezó a escribir poesía y desde entonces no ha dejado de hacerlo. Durante décadas su relación con la literatura ha sido estrecha, intensa y constante y no se ha limitado a mantener viva la obra de su hermano —con quien solían mostrarse mutuamente lo que cada uno escribía—.
En agosto de 2022 la editorial Planeta publicó una memoria de Rosario cuyo título es Milpedazos.
La autora “nos pasea por su infancia en Cali, por los convulsos años setenta, en Estados Unidos, y por su definitiva emancipación a finales de los años ochenta, cuando conquistó su lugar en el mundo a través de su sensibilidad y sus palabras”.
La experiencia vital de Rosario y su testimonio con respecto a esta son una invitación a hacer una apuesta decidida por consagrar la vida a la creatividad y a la libertad sin importar lo que cueste.