Una diseñadora colombiana, entre los creadores más innovadores del mundo

Kika Vargas siempre le ha apostado a las formas inusuales. Desde sus primeros días en las pasarelas colombianas, la diseñadora bogotana ha dejado claro que lo suyo es salirse de la norma, con siluetas inusuales, alejadas del cuerpo, colecciones inspiradas en el arte, y detalles románticos pero surreales que hacen que su estética sea única, tan diferente a lo que conocemos de otros diseñadores colombianos. Esa originalidad es precisamente la que la tiene en el pico de su carrera hasta el momento, en la mira del conglomerado de moda más poderoso del mundo, como la primera colombiana y latina en lograr esa meta.

En días pasados fue anunciado que Kika Vargas es una de las 9 finalistas del LVMH Prize, una competencia de diseño del grupo Louis Vuitton Moët Hennessy, que agrupa marcas de lujo como Louis Vuitton, Celine, Givenchy y Christian Dior, entre otros. El premio fue creado en 2014 para promover el trabajo de diseñadores jóvenes en todo el mundo, entregándoles una suma de dinero y la posibilidad de trabajar en el desarrollo de su marca de la mano de los asesores de estas legendarias casas de moda, las mismas cuyos directores artísticos son los encargados de escoger a los finalistas.

Kika Vargas, diseñadora colombiana

Kika tiene una carrera de más de 10 años en el escenario de la moda latinoamericana, y ciertamente cuenta con las credenciales para destacarse. Estudió Fine Arts en el Art Institute de Chicago, Estados Unidos, y luego se graduó de diseño de modas en el Instituto Marangoni, de Milán. Su primera colección vio la luz en 2011, y ha participado en importantes ferias en el mundo y también en Colombia, como algunas ediciones de Colombiamoda. Ha sido reconocida en dos ocasiones con el premio Lápiz de Acero en la categoría Mejor Diseñadora Colombiana y con el galardón Pitch to LAFS, del Latin American Fashion Summit. Sus diseños actualmente pueden conseguirse en Colombia, pero también en gigantes del ‘retail’ como Bergdorf Goodman, Nordstrom, Harrods y Ssense.

Aunque todavía falta un peldaño, ser parte del grupo de finalistas (según cifras oficiales de LVMH se presentaron unos 2 mil aspirantes) es un gran honor, especialmente para una diseñadora colombiana. El siguiente paso ocurrirá en septiembre, en una fecha todavía por anunciarse, en la que los diseñadores presentarán sus creaciones al jurado, que escogerá al ganador de 300 mil euros por el LVMH Prize, junto con un año de mentoría, y el premio Karl Lagerfeld/Premio Especial del Jurado a un segundo diseñador, con una bolsa de 150 mil euros y también un año de mentorías.

Para hacer parte de esta convocatoria, Kika le apostó a su visión única y también a la producción local para su propuesta en el concurso, enfocada en la comodidad a la que ya nos acostumbramos después de un año de pandemia y confinamiento. “Creemos fuertemente en trabajar y apoyar a nuestras comunidades, a través de la educación y gracias a la pandemia hemos podido mirar más hacia nuestros propios recursos y cambiar la forma en la que producimos”, le contó Vargas a la revista Vogue, asegurando que los insumos y toda la producción de su marca es hecha en Colombia, por un equipo de más de 70 mujeres cabeza de familia. Ciertamente su estética luce diferente a lo que estamos acostumbrados, conservando los toques románticos del Caribe y una paleta de color primaveral, que la ayuda a destacarse entre los otros finalistas, más enfocados en propuestas urbanas.

A varios meses de conocerse los ganadores, ya Kika puede contarse entre los afortunados, de alguna manera. La prensa y atención mediática que ha generado su participación en el premio la ha hecho merecedora de mucha atención, reconociéndola como una diseñadora colombiana que vale la pena destacar.