Sin importar que religión o creencia sigas, no podrás negar que en algún instante de tu vida viste esas imágenes coloridas del Corazón de Jesús, el Divino Niño o la Virgen del Carmen. A estas imágenes o figuras no les podía faltar la mata de sábila colgada para proteger de mala energía el hogar, la herradura para la buena suerte y las hojas de laurel para la abundancia. Tampoco podrás negar que muchas de tus lesiones de la infancia fueron curadas con café, panela, o papa rallada, y no olvidemos la telita de la cáscara de huevo para cerrar las heridas.
Hicimos un recuento de algunos de los Santos y creencias que tienen los colombianos y que muchos de ellos se llevan a sus nuevos países de residencia. ¿Quieres conocerlos?
Los santos que no pueden faltar:
En general en la gran mayoría de las familias tradicionales colombianas que siguen la religión católica encontramos los Santos favoritos a los que les rezan con mucha fe, como: El Sagrado Corazón, la Virgen María, la Virgen del Carmen, la Virgen de Fátima, y el Divino Niño.
Pero si de alguna necesidad puntual se trata, encontramos algunos santos con especialidad:
Para protección y salud, la Virgen de Bojacá, si de problemas en los ojos se trata pues se debe acudir a Santa Lucía, y si la preocupación es mantener protegido el hogar de enfermedades, desastres naturales o discordias pues toca acudir a la Virgen de las Lajas en Nariño. Cuando se sueña con una casa se le pide a Santa Rita pero si el asunto es de falta de amor San Antonio es la solución.
También mencionaremos algunos santuarios y basílicas famosas en Colombia, visitadas no solo por las personas que viven en el país, sino por los colombianos que residen en el exterior y extranjeros curiosos: El Señor de Buga en el Valle, en el Quindío la Virgen del Café y el Espíritu Santo, Nuestra Señora del Morro en el Atlántico, San Pedro Claver en Cartagena, San José en la Guajira, Nuestra Señora del Rosario en Chiquinquirá Boyacá. El señor de los milagros de Buga.
¿Recuerdan esas visitas a los abuelos en donde uno de ellos discretamente nos entregaba en la mano dos pedacitos de trapo con la figura de unos santos? Además, esa entrega venía acompañada de un mensaje que normalmente nos decían en voz baja y apretando la mano donde el escapulario se encontraba “cárguelo siempre para que me lo proteja mijito (a) de todo mal”.
Protecciones de los abuelos:
Estas figuras de los Santos mencionados anteriormente, los abuelos los acompañaban con una herradura para la buena suerte o de una planta de sábila con raíces y todo colgado de la pared para mantener libre de malas energías el hogar y atraer la buena fortuna.
La sábila además de sus funciones energéticas es considerada casi como una “santa milagrosa” porque no existe problema de salud que no pueda solucionar.
Esta información ha sido alimentada generación tras generación y hasta nuestros amigos nos han dado consejos sobre el tema. Que si tiene una herida colóquese un pedazo de sábila, que si tiene inflamación, dolor, mala digestión, cabello seco, para mejorar la piel, ojeras etc.
¿Qué me dicen de la panela rallada sobre las heridas? Antiguamente en Colombia cuando no se tenía acceso a un botiquín casero, se utilizaba la panela como cicatrizante en heridas con puntos. La panela contiene las vitaminas: B, A, C, D y E, además de ser rica en hidratos de carbono como la sacarosa, ingredientes que llegan a resultar beneficiosos para la cicatrización de heridas según reporte de la BBC.
La santa papa este preciado tubérculo que disfrutamos tanto los colombianos para nuestras comidas también tiene sus efectos milagrosos o si no pregúntele a cualquier mamá “baby boomer” quien por herencia habrá continuado con esta costumbre que ha pasado de generación en generación, la papa rallada los colombianos la utilizan sobre la lesión para bajar los chichones (abultamiento formado por golpes en la cabeza).
Los tiempos cambian y las costumbres de igual manera, pero las memorias jamás podrán ser reemplazadas. Aunque nos encontremos lejos de nuestra patria, si por alguna razón llegamos a necesitar, ya sea pedir algún deseo o ayuda, acudiremos al santo favorito de nuestra familia. También, si alguien en nuestra casa llega a tener una herida leve, nuestro instinto ancestral nos llevará directo a los remedios milagrosos de nuestras abuelas. Esta cultura forma parte de nuestra historia y de lo que nos hace ser colombianos.