¡Que nadie se quede sin saber dónde está Colombia!

Publicado por Manuela Osorio | julio 20, 2019 | Actualidad
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Se dice que para definir una palabra correctamente primero debemos pensar en lo que no significa. Colombianidad no es sacar la bandera y ponerse la camiseta solo cuando la selección gana, tampoco es llenarse la boca diciendo que “no hay mejor vividero” después de un par de aguardienticos en las fechas patrias. La colombianidad no se reduce a sentimientos superficiales ni nacionalismos de moda; la verdadera colombianidad es crítica, profunda y emerge del corazón en las buenas y en las malas, es orgullo patrio, pero también dolor de país. 

La colombianidad es sentirse orgulloso de las muchas culturas de nuestra variopinta nación; es alegrarse con los triunfos de nuestros deportistas -que no se limitan al fútbol y van del ciclismo al atletismo, pasando por la apnea-; es darse permiso para emocionarse con “La tierra del olvido” de Carlos Vives y el “Soy colombiano” de Garzón y Collazos. Pero colombianidad también es reconocer todo lo que no está funcionando dentro y fuera del país; es indignarse, protestar, exigir que se cumplan unas leyes y trabajar desde lo individual para luchar contra los males que nos aquejan: corrupción, desinformación, falta de representación e intolerancia ante la diversidad, ante la libertad, ante el liderazgo social. 

En este orden de ideas y acudiendo al refranario bogotano, nos falta mucho pelo pa’ moño en materia de libertad, igualdad, independencia, ciudadanía y soberanía, los cinco pilares sobre los que se fundó la república hace 209 años… Pero seguimos en ello. La construcción de ese país que queremos es un trabajo constante y lento, en el que todos los colombianos somos responsables. Así pues, queridos compatriotas, en nuestro día de independencia los invitamos a reflexionar y también a celebrar y a compartir su colombianidad en el exterior con unas cuantas ideas que hemos recopilado para que hagan una parranda de verano (o de invierno si están en hemisferio sur) e inviten a sus amigos extranjeros. ¡Que nadie se quede sin saber qué pasó hace poco más de dos siglos, y cómo es que celebra un colombiano! 

Paso 1: Un repasito histórico para que no se rajen cuando les pregunten

Captura de pantalla tomada del video “La historia del 20 de julio” del canal oficial de la Marca Colombia.

“Algo sobre un florero… chapetones, comuneros y criollos…” Si sienten que el colegio fue hace mucho y las lecciones históricas las tienen borrosas, no hay problema, les refrescamos la memoria con lo que pasó el 20 de julio de 1810. Pero primero, un poco de contexto. 

En 1492 Cristóbal Colón y su expedición llegaron a América con la bendición de los reyes católicos y el 1499 pisaron por primera vez tierras colombianas, entrando por la península de La Guajira. En 1510 se fundó el primer pueblo del país: Santa María la Antigua del Darién, y a partir de allí los conquistadores empezaron a fundar ciudades a lo largo y ancho del territorio -llamado Virreinato de Nueva Granada por aquel entonces- en busca de El Dorado -la leyenda de una ciudad construída totalmente en oro-: Santa Marta, Cartagena, Tunja, Santafé, Pasto, etc… 

En ese periodo de colonización llegaron los esclavos africanos y en América se formaron varias mezclas raciales propias del cruce entre blancos, negros africanos e indígenas: mulatos, zambos, mestizos y posteriormente cholos y castizos. Estas clasificaciones raciales también funcionaban como sistema de castas. A los hijos de españoles nacidos en América, se les denominó criollos, y aunque tenían el rango más alto, no tenían los mismos derechos que los chapetones, o españoles nacidos en España. 

En 1700 y pese a ser el reino más poderoso del mundo, España se vio afectada por las guerras europeas y tras la muerte de Carlos II -el último rey de la familia Hasburgo-, subió al poder el Rey Felipe V, de origen francés y perteneciente a la familia Borbón – estirpe que se mantiene en el trono español hasta hoy-, quien para resistir la crisis decidió quitar poder a los criollos y subir los impuestos en América. Ahí empezaron las primeras revueltas de criollos junto a campesinos y esclavos, denominados comuneros y encabezados por Manuela Beltrán, José Antonio Galán y otros líderes. Estas revueltas fueron sofocadas pero sembraron el germen de la revolución, avivado por las ideas intelectuales de La Ilustración y la declaración de Los Derechos del Hombre, que defendían la democracia, la libertad y la igualdad humanas. 

En 1800 Napoleón empezó a conquistar Europa y tomó el poder en España, cosa que no gustó a los criollos y les dio más razones para intentar la independencia, entonces se arma un plan: el 20 de julio de 1810, un delegado de la Junta Gobernativa de Sevilla llamado Antonio Villavicencio visitaría Santafé para dialogar con los revueltos criollos, que a esas alturas no tenían ningún interés en conversar y lo que querían era formar una junta propia. 

Era viernes, día de mercado, la plaza estaba a reventar; a las 11:00 de la mañana un grupo de criollos se acercó a la tienda del español Don José González Llorente a pedirle prestado un florero para decorar la mesa donde recibirían la visita de Villavicencio. Se dice que Llorente, de muy mal genio y que despreciaba a los criollos se negó a prestarles el florero, cosa que los criollos ya preveían y que usaron como excusa para armar una revuelta popular con toda la gente que ya estaba cansada de la situación. 

El caos fue tan grande y la manifestación tan exitosa, que al final del día, se constituyó un cabildo abierto y se constituyó la Junta Suprema del Nuevo Reino de Granada por medio del Acta de Independencia firmada a las 6:00 de la tarde del mismo día. A Llorente y al Virrey de turno los mandaron de vuelta a España, seguidos por muchos españoles que se fueron por voluntad propia. Otras ciudades empezaron a declarar su independencia, y luego de 9 años de enfrentamientos en los que los españoles intentaron recuperar el poder, el ejército de Simón Bolívar derrotó finalmente al ejército español el 7 de agosto de 1819 en la Batalla de Boyacá, creando la República de la Gran Colombia conformada por los actuales territorios de Colombia, Venezuela, Ecuador, Panamá y partes de Honduras, Nicaragua, Brasil y Perú, que se disolvería en 1831. Pero esa es historia para otro día. 

Paso 2: ¿y los símbolos patrios de dónde salieron? Copialina rápida

La Colombia que conocemos hoy tuvo muchos nombres y configuraciones territoriales: República de la Nueva Granada, Confederación Granadina, Estados Unidos de Colombia y, desde 1886, República de Colombia. En 1903 se independizó Panamá y hasta 1960 no se definieron definitivamente sus fronteras terrestres y marítimas. Todos estos cambios se produjeron también en sus símbolos patrios y así es como los conocemos hoy: 

  • Bandera tricolor: la que nos gusta poner en la ventana y llevar a los partidos, fue reglamentada el 26 de noviembre de 1861. La franja amarilla ocupa la mitad y simboliza la riqueza del suelo, la azul simboliza los mares y la roja la sangre vertida por los héroes de la patria para conseguir la libertad. 
  • Escudo: libertad y orden son las palabras que se leen bajo el cóndor de alas desplegadas. Los cuernos con monedas de oro y frutas tropicales, la granada, el gorro frigio y los buques cuentan la venturosa historia de nuestra república. 
  • Himno nacional: esas notas del italiano Oreste Sindici que escuchamos diariamente en radio y televisión fueron compuestas en 1887 y oficializadas como himno nacional en 1920. Los versos son de Rafael Núñez. Por cierto, ¿se saben las 11 estrofas o solo el coro?
  • Cóndor, palma de cera y orquídea: son los emblemas nacionales y hacen referencia a la libertad y a la autenticidad de dichas plantas en el territorio nacional, respectivamente.

 

Además de los oficiales, también tenemos otros símbolos que nos identifican como colombianos: el Divino Niño que nació en un taller del barrio bogotano 20 de julio -¡nada más y nada menos!-, el caribeño  sombrero vueltiao hecho de caña flecha con elementos indígenas, el poncho y el carriel que nos recuerdan a los colonos antioqueños, la ruana boyacense, y todo lo que gira alrededor de nuestro café: el costal, la taza blanca con el plato, Juan Valdez y su mula conchita, por mencionar solo algunos. Todos son válidos para adornar su fiesta de independencia. 

Paso 3: dejar a los invitados extranjeros “boquiabiertos” con estos datos

¿Todavía no han convencido a sus amigos y familiares extranjeros de visitar Colombia? Además de lo que ya debieron haber escuchado sobre las esmeraldas y el café, estos datos despertarán su curiosidad:

  • Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo y después de varios años de conflicto armado hoy se pueden visitar y explorar sus territorios más interesantes y hermosos. 
  • ¿Quieren playa? Pues Colombia es el único país de América Latina con costas en dos océanos: el pacífico y el atlántico, y si van al departamento del Chocó pueden visitar ambas. 
  • Colombia se está consolidando como un destino preferencial para el turismo de salud gracias a la calidad de su personal sanitario y de las instituciones prestadoras de salud a precios competitivos. Los turistas extranjeros que visitan Colombia tienen una exención del IVA para paquetes turísticos y servicios de alojamiento. 
  • En Colombia hay fiestas, ferias y festivales todo el año, a lo largo de su geografía y de temáticas diversas: desde el Carnaval de Blancos y Negros de Pasto hasta el Hay Festival de Cartagena, pasando por el Festival de la Música del Pacífico Petronio Álvarez y Rock al Parque en Bogotá. 
  • Otro tipo de turismo que puede hacerse en Colombia es el arqueológico: en Villa de Leyva están 2 de los 4 cronosaurios del mundo, en Los Estoraques es posible encontrar petroglifos del Neolítico, Chiribiquete es un paraíso del arte rupestre, la Ciudad Perdida de la Sierra Nevada de Santa Marta fue construida 650 años antes que Machu Picchu, San Agustín tiene impresionantes esculturas monolíticas y Tierradentro aloja una necrópolis prehispánica. Creemos que con esto será suficiente para empezar. 

Paso 4: ¿y qué hay de la comida? (¿y la bebida?)

Breakfast typical of Latin American countries, Arepa

Aunque cada uno tiene sus gustos, esta es nuestra selección de recetas colombianas fáciles de preparar en el exterior; si viven en una ciudad con una gran cantidad de colombianos seguramente ya conocen las tiendas donde vendan productos latinos, y  si están en sitios más alejados, creemos que hay ingredientes que son fácilmente reemplazables para mantener una sazón parecida a la de la tierrita. Aquí van los platos y enlaces a las recetas: 

  • Arepas: fáciles de conseguir y/o hacer con alguna harina precocida, esta versátil receta se presta para rellenarla o untarla con diferentes guisos y salsas: queso, huevo, aguacate, fríjoles, pollo, carne, camarones, hogao o una fusión con algún plato del país donde vivan. ¡Aquí todo funciona! 
  • Empanadas: también se pueden hacer con una harina precocida y ponerse creativo a la hora de rellenarlas. 
  • Picada: la probabilidad de encontrar dos o más ingredientes originales y reemplazar aquellos que no, es alta. Le damos la oportunidad a este plato que se puede poner de centro de mesa y picar entre canción y canción. 
  • Arroz criollo, arroz atoyado o arroz con pollo: fáciles de preparar en grandes cantidades, deliciosos y personalizables. 
  • Coctel de camarones: camarones, ketchup, mayonesa, limón, cebolla, ajo y picante; una delicia de la Costa Atlántica que se puede preparar fácilmente desde cualquier lugar del mundo y acompañar con cualquier tipo de pan, galleta salada o tortilla. 
  • Ají casero: la salsa por excelencia para acompañar todo tipo de platos colombianos. 
  • Bananos calados: aunque no en todas partes se consigue nuestro amado plátano maduro, el banano es una fruta popular. Algo fácil para endulzar la noche. 
  • Refajo colombiano: aunque el típico es con gaseosa Colombiana, es posible reemplazarla por otro tipo de soda, agregarle el zumo de alguna fruta y hasta especias y un traguito de otros licores. 
  • Changua: aunque esta receta no es recomendable para el dia de la fiesta, la dejamos como extra para reponerse al día siguiente en caso de emergencia. 

Paso 5: fiesta no es fiesta sin una buena bailada. Ideas para una playlist muy colombiana

Estas son las 10 imprescindibles, las de ayer y las de hoy, las que unen generaciones y nos ponen la colombianidad a flor de piel. 

Pero esto apenas es un abrebocas, así que esperamos que nos ayuden a completarla con sus sugerencias en los comentarios. ¡Feliz día de la independencia, compatriotas, y a celebrar su colombianidad!

 

Escrito por: Manuela Osorio Pineda.

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Sobre el autor
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Manuela Osorio
Manuela es Comunicadora Social y Periodista de la Universidad de Manizales y tiene un máster en Economía Creativa, Gestión Cultural y Desarrollo de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Ha vivido y trabajado en Estados Unidos, India y Reino Unido. Hoy se dedica a la creación de estrategias digitales para empresas y contenidos para medios digitales e impresos, desde España.

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