La literatura infantil en Colombia encuentra en Gloria Cecilia Díaz a una de sus voces más prestigiosas, destacadas y leídas. Aunque lleva cuatro décadas viviendo en Francia, se trata de una autora que mantiene unos vínculos estrechos y fuertes con su país y sus lectores colombianos.
Gloria Cecilia nació en Calarcá en 1951 y actualmente vive en París. Motivada por el deseo de conocer culturas y lenguas diferentes, decidió viajar a Europa a principios de 1980.
Como Francia le llamaba mucho la atención y el francés le encantaba, viajó a ese país con el propósito de instalarse allí durante un año y terminó quedándose toda la vida.
Gracias en parte a la influencia de sus lecturas, Gloria Cecilia empezó a escribir a los once años. En ese entonces escribía poemas sobre niños y continuó haciéndolo durante su juventud.
El descubrimiento de la literatura infantil
Cuando aún vivía en Colombia y estaba empezando a escribir, la editorial Voluntad le encargó un libro de cuentos didácticos para niños —algo que ella nunca había hecho, pero que terminó teniendo muy buenos resultados—.
Tras esta experiencia que encendió en ella la chispa de la escritura de literatura para niños, Gloria Cecilia se puso a la tarea de escribir sus relatos a su manera y con un estilo propio.
Su aterrizaje en Europa fue decisivo en la vida y en la carrera de Gloria Cecilia, quien considera que fue allí donde se hizo escritora tras encontrar la tranquilidad que necesitaba para escribir.
Durante una breve temporada que pasó en Madrid y Barcelona recibió la retroalimentación que necesitaba con respecto a los textos que había traído de Colombia, lo cual en ese momento le ayudó mucho.
Corría 1982 y Gloria Cecilia había llegado poco tiempo atrás a Barcelona cuando la editorial Argos Vergara publicó El secreto de la laguna, su primer libro —que apareció en las cuatro lenguas cooficiales de España: español, catalán, euskera y gallego—.
Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor
Una vez instalada en París, Gloria Cecilia continuó escribiendo y durante una visita a la Feria del Libro Infantil de Bolonia pasó por el stand de la editorial SM preguntando si podía dejar allí sus manuscritos. En SM le dieron una respuesta negativa, pero le recomendaron que enviara sus manuscritos al Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor.
Sin conocer este concurso internacional, no sabiendo nada sobre editoriales y desprovista de cualquier pretensión porque era una total desconocida, Gloria Cecilia decidió enviar el manuscrito de El valle de los Cocuyos al premio y sorprendentemente se lo ganó.
La obtención de este importante premio fue un nuevo comienzo para Gloria Cecilia porque a partir de ese momento se le empezaron a abrir nuevas puertas.
Desde entonces ha publicado con SM varios libros en España, México y Colombia, además de haber sacado algunos otros con editoriales como Anaya infantil y juvenil, Babel, Norma y Panamericana. Su libro Óyeme con los ojos ya lleva cuarenta ediciones y se ha traducido al francés y al coreano.
Profesora y autora en el colegio
Después de trabajar como chica au pair mientras hacía su maestría en Estudios Romances e Hispanoamericanos y su doctorado en Literatura, Gloria Cecilia obtuvo una plaza de profesora de español en el sistema de educación nacional francés.
Esta experiencia le resultó enormemente enriquecedora porque los niños franceses suelen querer mucho a los profesores latinoamericanos a pesar de que no es usual que entre unos y otros se establezcan vínculos afectivos debido a que en los colegios de Francia la herencia cartesiana hace que lo más importante siempre sea la transmisión del conocimiento.
Su trabajo le permitió a Gloria Cecilia conocer a colegas que en sus clases utilizaban sus libros como material de lectura, lo cual la ha llevado a tener encuentros en los colegios franceses con estudiantes alrededor de su obra.
Al principio su trabajo como profesora no le dejaba a Gloria Cecilia mucho tiempo para escribir, porque a menudo debía recorrer dos horas en tren tanto para ir al colegio como para regresar a su casa, además de que en esa época tenía una niña pequeña.
Bajo estas circunstancias el hecho de no contar con ayudas externas le impedía disponer del tiempo necesario para continuar con el desarrollo de su obra.
Con la imaginación y el corazón en Colombia
Vivir en Francia ha supuesto para Gloria Cecilia la dificultad no solo de escribir en una lengua distinta de la que vive en su cotidianidad, sino también de acceder a la literatura infantil escrita en español.
Es por eso que cuando va a Colombia procura abastecerse de libros de autores de literatura infantil en lengua española para ponerse al día en sus lecturas.
Sus visitas a Colombia también le permiten a Gloria Cecilia ir a colegios de ciudades como Armenia, Bogotá, Bucaramanga, Cali o Medellín para encontrarse con sus lectores y recibir la retroalimentación de estos, que es algo que a ella como autora la llena de alegría.
Ella sabe que para los niños y preadolescentes los encuentros con los autores son una experiencia fascinante que no solo les ayuda a desmitificar la literatura y a quienes la escriben, sino que además les enseña que esta debe estar al alcance de todos independientemente de su edad, origen social o nivel socioeconómico.
Debido a la pandemia, Gloria Cecilia lleva sin ir a Colombia más tiempo del que le habría gustado, pero ante la perspectiva de estabilización de la situación sanitaria empieza a ver la posibilidad de poder volver muy pronto al país después de siete años de ausencia.
La inspiración viene desde adentro
Para ella el contacto con Colombia y sus lectores colombianos es clave porque su obra se nutre bastante de los paisajes, los olores y la cultura de allí, pero también porque considera que la patria de un ser humano es su infancia —que es un pozo sin fondo del que los autores beben porque es su punto de partida—. De hecho, algunas de sus obras más importantes como El valle de los Cocuyos, La bruja de la montaña y Óyeme con los ojos nacieron en Colombia.
Desde la distancia que la separa de su lugar de origen Gloria Cecilia vuelve una y otra vez sobre los recuerdos de su infancia y su juventud en Colombia, que décadas después han ido apareciendo poco a poco en sus libros —en ocasiones sin siquiera mencionarse, algunas veces de manera explícita y otras sutilmente—.
Leer sus libros de alguna manera significa asomarse a la historia personal de Gloria Cecilia y visitar algunos momentos de su vida porque, como dice ella, escribir sobre los otros al final también es hacerlo sobre uno mismo.