A finales de diciembre, a Alejandra Rodríguez le pusieron la vacuna de Pfizer contra la Covid-19 en Chicago, Illinois. Esta reumatóloga colombiana no niega que tenía “un poquito de susto, ya que la información en seguridad era limitada”, pero que siempre confió mucho en la ciencia: “Me dieron un poco de palpitaciones cuando me pusieron la primera dosis, yo creo que más un poco de ansiedad por la emoción de ser de las primeras personas al recibir la vacuna, y de ver una luz al final del túnel”.
Hace pocos días comenzó el Plan Nacional de Vacunación contra la Covid-19 en Colombia; Verónica Machado, la enfermera jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de Sincelejo fue la primera de los 35 millones de colombianos que se pretende inmunizar en el transcurso del 2021. En otros países la campaña de vacunación comenzó el año pasado, con China y Rusia a la cabeza; a estos países le siguieron los occidentales: Reino Unido fue el primero en autorizar la vacuna desarrollada por la alianza estadounidense-alemana Pfizer/BioNTech, y comenzó la vacunación el 8 de diciembre; seguido por Canadá, Estados Unidos, Suiza y Serbia.
En el Medio Oriente, los Emiratos Árabes Unidos fueron los pioneros en comenzar la campaña de vacunación el 14 de diciembre, seguidos por Arabia Saudita, Baréin, Israel, Qatar, Kuwait y Omán. En Latinoamérica los primeros fueron México, Chile y Costa Rica, que iniciaron el 24 de diciembre; y la Unión Europea comenzó el proceso de inoculación tres días después. Pero más allá de las cifras, hay preguntas latentes: ¿cómo va la vacunación?, ¿cuáles vacunas se están aplicando?, ¿son seguras?, ¿son eficientes?, ¿qué han sentido los vacunados? En Vínculos hablamos con varios colombianos en el exterior que nos contaron cómo están las cosas en sus países de residencia y cuál ha sido su experiencia en los Estados Unidos, España, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia y China.
(Es el artículo “Así evoluciona la vacunación contra la covid en España y en el mundo”, actualizado diariamente, puedes seguir la evolución global de la campaña de vacunación)
La luz al final del túnel
Al igual que Alejandra, Julieth Muñoz utilizó la misma analogía para describir sus sentimientos después de recibir la primera dosis de la vacuna: “Hoy no puedo estar más agradecida con los científicos, doctores, enfermeros, voluntarios y con quienes han trabajado para llegar a este avance contra la pandemia mundial. Ya podemos ver luz al final de este oscuro túnel. A seguir cuidándonos entre todos para poder abrazar a los nuestros pronto”, escribió en su cuenta de Facebook a finales de diciembre de 2020. Julieth es ‘Program Manager’ (Directora de Programa) en el Departamento de Enfermedades Avanzadas y Trasplante de Pulmón en el Hospital Inova de Fairfax, Virginia, un estado en el que la vacunación empezó de manera eficiente y efectiva, según lo que nos contó.
Actualmente hay dos vacunas autorizadas y recomendadas para la prevención de la Covid-19 en los Estados Unidos: la de Moderna y la de Pfizer-BioNTech. Tanto Alejandra como Julieth recibieron las dos dosis de la vacuna de Pfizer en sus respectivos hospitales, con 21 días de diferencia entre aplicaciones: “era el primer fin de semana que empezaron a vacunar en nuestro estado, la gente muy callada y tranquila, siguiendo el horario de citas y protocolos, de distanciamiento social, solo médicos o enfermeros de mi hospital”, cuenta Alejandra.
Cada estado es libre de desarrollar su propio plan de vacunación con base en las recomendaciones de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades). En el caso de Illinois y Virginia, en ambos estados se han seguido las fases indicadas, priorizando al personal de atención médica y los residentes de establecimientos de cuidados a largo plazo, denominados como “1a”; seguidos por los trabajadores esenciales de primera línea y las personas de 75 años en adelante, el grupo “1b”.
Julieth: “El hospital donde trabajo designó un edificio entero como centro de vacunación; como están preparados para este tipo de situaciones, la logística fue muy fácil. Después de los trabajadores de la salud de primera línea, vacunaron a los profesores y adultos mayores de 75 años. Cuando nos llegó el turno a los administrativos, programé una cita y cuando llegué al centro había mucha gente pero todo estaba muy organizado: hice la fila, me registraron, no esperé ni cinco minutos ya ya estaba recibiendo la vacuna. Después pasé al área de espera durante 15 minutos, donde monitorean si tienes alguna reacción, y cuando salí me programaron la segunda dosis. A las tres semanas volví con mi carnet de vacunación y fue todo igual, muy organizado”.
A pesar de la logística y el buen comienzo, Julieth cuenta que en Virginia se han enfrentado a una disminución en la cantidad de vacunas, y que por eso no se ha podido pasar a la siguiente fase, aunque los primeros grupos ya han sido inmunizados en un 80%, según cifras de su hospital. Por su parte, Alejandra observa una experiencia similar: “En Illinois está muy lenta la distribución y la programación de citas, pero por lo menos para el personal médico y de primera línea sí fue muy organizado”.
A su publicación en su cuenta de Twitter hace poco más de un mes, Catalina Bocanegra agregó una bella imagen: el sol asomando a través de los edificios del centro de Dubai, como quien ve nuevamente una luz al final de la oscuridad. Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) son el segundo país en el ranking mundial de las campañas de vacunación. En los comentarios de su hilo en Twitter, Catalina explicó que en Dubai, uno de los siete emiratos del país, se están utilizando dos tipos de vacuna: la de Pfizer para los trabajadores de primera línea y los mayores de 70 años, y la vacuna china Sinopharm para el resto de la población que quiera inmunizarse.
El éxito de la campaña de vacunación en los EAU tiene varias claves: la organización en la campaña de vacunación; los grandes recursos económicos del país, que ha llegado a un acuerdo para producir la vacuna Sinopharm en su territorio y evitar así la escasez de dosis; las características de esta vacuna de procedencia China, que se conserva a temperatura ambiente y no requiere su almacenamiento a menos de 70 grados centígrados; y su composición demográfica, pues a diferencia de los países europeos, el número de personas mayores es muy bajo, haciendo menos relevante el orden de vacunación que se ha establecido en otras partes del mundo. De esta forma, en los EAU se abrió la vacunación para todo el mundo, y aunque no es obligatoria, sí tiene unos beneficios, como no tener que cumplir la cuarentena cuando se sale y se vuelve a entrar al país.
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El éxito de la estrategia de vacunación de los EAU solo es superado por Israel, que a día de hoy ya tiene vacunada a más del 50% de su población. Elizabeth Hutchinson, una colombiana radicada en Merkaz Shapira, una aldea religiosa en el Distrito Sur de Israel, nos contó su experiencia: “desde que inició la campaña de vacunación en enero, las escuelas han ido abriendo poco a poco en diferentes ciudades del país de acuerdo a su estado, que se determina por colores según el número contagiados: rojo si son muchos, naranja, o verde cuando la ciudad está libre de contagios”. Elizabeth y su familia vivieron la pandemia tranquilos, inmersos en su fe judía, a pesar de que ella contrajo el coronavirus, y por esa razón no ha recibido la vacuna: “a los sobrevivientes del virus no nos la aplican; es un virus que no tiene reglas, así que cada vez hay nuevas actualizaciones sobre cómo proceder en el país”.
A Gloria Montoya, directora de centros de atención a personas mayores en Barcelona, tampoco la han vacunado. Sin embargo, debido a su cargo, esta abogada y trabajadora social manizaleña está muy al corriente de la campaña de vacunación en España, uno de los países de la Unión Europea más golpeados por la pandemia, y en el que el 46% de las víctimas mortales por coronavirus se ha producido en personas que vivían en residencias para mayores; razón por la cual fueron el primer grupo en recibir las dosis de la vacuna. “A las personas que atendemos en los servicios que gestiono ya les empezaron a aplicar la primera dosis de la vacuna; en el mismo momento vacunan a la persona cuidadora en el domicilio. Desde el Centro de Atención Primaria, se ponen en contacto con los familiares de referencia para acordar fecha y hora de la vacuna, lo hacen en el domicilio del paciente. En mi caso, están vacunando a las personas mayores de 80 años y con mayor grado de dependencia física y/o cognitiva”.
(Consulta: Estrategia de vacunación COVID-19 en España)
Gloria contrajo el virus pero fue asintomática, se dio cuenta en julio tras realizarse una prueba de antígenos que salió positiva. Actualmente en España ya ha iniciado la Etapa 2 de vacunación, y se está inmunizando a otros grupos prioritarios como los mayores de 80 años que no viven en residencias; en este grupo se encuentran los padres de Gloria: “ellos han sido contactados por el CAP para proponerles las vacunas y darles la opción de ir allí a que se las pongan, o a un sitio más cercano de casa que habiliten para ello, como una de las facultades de la Universidad de Barcelona”. A pesar de que al país no están llegando todas las dosis esperadas, Gloria piensa que la vacunación va a buen ritmo: “En los municipios donde trabajo, se están implementando las estrategias para que la campaña de vacunación llegue a la mayor población en el menor tiempo posible”.
Contraria a la estrategia de vacunación que están siguiendo la mayoría de países del mundo, Indonesia ha decidido inocular primero a los jóvenes: después de los trabajadores de la salud, su prioridad son los adultos trabajadores entre los 18 y los 59 años. Con una población de 270 millones, Indonesia tiene el mayor número acumulado de casos en el sudeste asiático, 80% de los cuales se encuentran entre la población laboralmente activa. Aunque muy comentada en medios internacionales, la controvertida estrategia parece no estar marchando al ritmo esperado; Fabio Dita Palacios, un productor musical colombiano que lleva 7 años viviendo en el Yakarta, comenta al respecto: “la verdad es que de vacunas no hay noticias; es noticia internacional, pero puro blablabla.”.
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En cuanto a la estrategia de vacunación, Fabio no es muy optimista: “A nosotros nos tienen en la lista negra aquí en Asia por todo el desorden que ha habido en el manejo del corona por parte de la gente: los comercios no hacen caso, no tienen precauciones… No se ha tomado con la seriedad de otras partes del mundo(…) Escuché por medio de la Embajada Colombiana que van a llegar unas vacunas directamente desde allí para todos los colombianos que estamos en el extranjero, pero de parte de Indonesia lo veo complicado”.
En otro punto de Asia, Héctor Palacios cuenta que en China están vacunando primero a los trabajadores de los hospitales y otros sanitarios, y a todos aquellos que por su trabajo están más expuestos al virus: trabajadores en aeropuertos, estaciones de tren, buses, policías, empleados públicos y del gobierno; seguidos por los adultos mayores. “A mi esposa ya la vacunaron porque trabaja en un hospital, pero a mis suegros no. Aún no sé cuándo me darán la oportunidad a mí”.
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Efectos secundarios de las vacunas
Los efectos secundarios tras recibir la vacuna contra el coronavirus pueden ser dolor e hinchazón en el brazo donde se aplicó la vacuna, fiebre, escalofríos, cansancio y dolor de cabeza. Según la página web de la CDC, estos síntomas son signos normales de que el organismo está generando protección ante el virus, y desaparecen al cabo de unos días, como confirmaron las colombianas entrevistadas para este reportaje: “me dolió el brazo mucho el día después y me sentí un poco cansada y con molestias musculares leves, pero al siguiente día todo estaba bien. Con la segunda dosis fue un poco más fuerte, pero igual me duró un día, y estuve un poco cansada por dos días”, nos contó Alejandra.
Para Julieth la segunda dosis también fue más fuerte: “Con la primera dosis me dio dolor de cabeza y me sentí muy muy cansada. También me dolió el brazo pero en dos días estaba como nueva. Mis compañeros del equipo médico me aconsejaron que programara la segunda dosis un viernes para poder descansar y así lo hice: me la pusieron en la mañana y estuve normal durante todo el día, por la noche me dio fiebre, escalofríos, dolor de brazo y un poco de dolor de cabeza; estuve así todo el sábado, pero el domingo amanecí normal y no he tenido ningún efecto después, estoy muy bien”.
En una entrevista con Infobae, Catalina dijo haber sentido un poco de mareo y náuseas, síntomas normales según lo que le habían advertido antes de recibir la vacuna, y que estaban expresamente descritos en un formulario que tuvo que llenar y firmar. En cuanto a Gloria, cuenta que no ha recibido reportes de ningún efecto adverso en las personas de su entorno laboral que han sido vacunadas.
Confiar en la ciencia y no bajar la guardia
Dentro del círculo cercano de Julieth -médicos, enfermeros e investigadores de la salud- no es común que exista gente reticente a vacunarse: “los doctores con los que trabajo participaron en el trial de la vacuna de Pfizer. La desinformación viene de las redes sociales, donde se comparten noticias que no están basadas en la ciencia y esto hace que se genere miedo colectivo y la gente tome decisiones que puedan afectar el proceso de vacunación. Yo solo conozco a un par de personas en el área administrativa que no quisieron ponerse la vacuna; sé de más gente que no quiere vacunarse en nuestro país, Colombia”.
Alejandra admite que ve mucha gente con miedo a inmunizarse, principalmente por la desinformación y los reportes de falsos efectos adversos: “también se magnifican los casos de efectos adversos severos, que son un porcentaje bajísimo de la población, algo que puede ocurrir y es de esperarse con el uso de cualquier medicamento”. En el caso de Gloria, destaca que las familias han manifestado mucho interés en que pongan las vacunas a sus familiares mayores, aunque también se ha encontrado con algunos que no están muy convencidos de “coadyuvar con su firma el consentimiento informado para autorizar la aplicación de la vacuna”, aunque en esos casos “ha primado el interés y el deseo de la persona usuaria”.
Fabio cree que en Indonesia el porcentaje de personas que quieren vacunarse y el que no está en un “50-50”, y que ese miedo viene del desconocimiento de los efectos secundarios y de que existan varias vacunas en el mercado. “Hay gente que está esperando a que los primeros se vacunen para ver lo que sucede realmente”. También admite que a él también le da un poco de miedo, pero entiende que para seguir trabajando al ritmo de antes, tendrá que confiar en la ciencia y ponérsela.
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El hecho de recibir la vacuna no significa inmunidad inmediata: los CDC informan que el organismo necesita tiempo para generar protección luego de recibir cualquier vacuna, y que las vacunas que requieren dos inyecciones podrían no proteger a quien la recibe hasta una o dos semanas después de recibir la segunda dosis. Por eso es importante continuar con todos los protocolos de bioseguridad recomendados hasta el momento: mascarilla, distancia social, lavado de manos y evitar las multitudes y espacios con poca ventilación.
Como profesionales de la salud, Julieth y Alejandra quisieron despedirse con un mensaje para todos los lectores de este artículo: “La única manera de que acabemos con la pandemia es que todos nos vacunemos, si queremos volver a una normalidad tan pronto podamos. Yo quisiera decirle a las personas que no quieran vacunarse que no tengan miedo, que se informen, investiguen y lean para tomar decisiones basadas en pruebas científicas”, para ello Julieth recomienda el portal en español de los CDC. Por su parte, Alejandra dice: “A todas las personas que reciban mi historia, les recomiendo y les pido que se vacunen, no solo por su salud personal sino por la salud de su comunidad y del mundo; es la única salida a esta pandemia que tantos otros efectos, sociales, afectivos y económicos nefastos ha causado en el mundo”.