Mujeres colombianas alrededor del mundo, levanten la mano las que echan de menos la pregunta: “¿tú tan linda y tan sola?”, o la que ni de fundas extraña las clásicas: “¿dónde dejaste al novio?, ¿estudias o trabajas?”
Seguro, muchas de nosotras tenemos recuerdos de los latin lovers colombianos. Yo, por ejemplo, aún tengo fieles memorias de mi adolescencia: el pretendiente feo que conquistó a más de una con su personalidad arrolladora; el bailarín estrella que nos charló en medio de un eterno merengue -énfasis en e-ter-no-; el “carilindo”, que solía ser el más codiciado. Y, por supuesto, el que me dedicó “Mujeres”, de Ricardo Arjona.
Y ya sea que los añoremos o que les huyamos, no podemos desconocer que, una vez por fuera de Colombia, en alguna ocasión o temporada hemos extrañado sus detalles y su melosidad. Sobre todo, en época de invierno en la que nos bañamos con cubos de hielo y la cama no la calienta ni una “cuatro tigres”.
Dicen que las comparaciones son odiosas. Sin embargo, quise preguntarles a varias compatriotas que viven en Nueva Zelanda, sus experiencias con sus parejas kiwi* vs. sus ex parejas colombianas.
*Kiwi: Gentilicio con el que se le conoce al neozelandés.
Amores oceánicos
En las reuniones sociales con mujeres colombianas es común escuchar que, en términos generales, los neozelandeses son reservados y poco románticos. Diferente al hombre colombiano, a quien se le reconoce por su coquetería y afabilidad. ¿Cuestión de temperatura?
La socióloga caldense, Juanita Espeleta Noreña, afirma que el clima es un factor que se asocia al comportamiento del ser humano, de acuerdo con este, “las personas tienden a desarrollar cierto tipo de temperamento, valores al momento de atender a otros y de relacionarse”.
Alexandra Alzate, una manizaleña que vive en Nueva Zelanda hace 16 años, comenta que lo que más extraña del latin lover colombiano es de hecho eso, su afectividad: “te hacen sentir que eres lo más importante. Son por lo general, muy detallistas”.
Sin embargo, hay quienes los prefieren más tranquilos. Claudia Uribe, una antioqueña radicada en este país hace más de 20 años, afirma que los kiwis son más relajados e independientes y que esto “le encanta”.
Y es que las maneras de demostrar amor están altamente vinculadas al entorno cultural en el que se desarrolla cada persona. Así lo indica Juanita, quien agrega: “todo influye en el comportamiento, las regiones, la crianza, el paisaje, las tradiciones y el consumo de bienes culturales”. Nueva Zelanda, por ejemplo, fue el primer país en reconocer el sufragio femenino como un derecho, moldeando así el rol de la mujer en la sociedad y la manera como el hombre la trata.
Sobre esto, Alexandra menciona que, una de las cosas que más le impactó al principio de la relación con su pareja fue su trato equitativo. “Yo estaba enseñada a que si se me pinchaba una llanta yo acudía a mi pareja o a mi papá. Acá no. Aquí mi esposo me dice: tú tienes que aprender a valerte por ti misma. En ese sentido me dio duro. A mi me gusta que me consientan”.
Pero es quizás el baile lo que más difícil ha sido para Andrea Díaz, una melómana bogotana que vive en Nueva Zelanda hace 18 años. “Me hace mucha falta bailar, una salsita, un vallenatico. Porque pa’ qué, los kiwis si, infortunadamente, no saben de eso”, indica.
En lo que sí coinciden estas tres mujeres es en destacar que los kiwis son leales, honestos y no son celosos. “La relación en pareja en ese sentido es más sana. Se basa en la sinceridad y en la libertad de ambos”, concluye Alexandra.
Así que chicas, para gustos, sabores. Nadie mejor que nosotras, como viajeras del mundo, para reconocerlo.
Y tú, ¿te quedas con el extranjero o tu latin lover colombiano?