Para nadie es un secreto que Colombia está atravesando por una situación que muchos nunca habíamos visto. En el último mes, el país ha experimentado una serie de protestas por parte de un nutrido grupo de ciudadanos que ha forzado una dinámica de respuestas del Estado y desatando una sensación de caos e incertidumbre en muchas ciudades, llevando a medidas como toques de queda y prohibiciones de consumo de alcohol.
Para quienes observamos toda esta situación desde fuera, el panorama se ve confuso pero también angustiante. Y es que sabernos lejos con todo lo que ocurre, independientemente de nuestra posición política al respecto, nos hace preocuparnos de no poder estar ahí para nuestros familiares o amigos que eventualmente lleguen a necesitarlo, y surgen todo tipo de sentimientos en torno a esta coyuntura tan particular. Con el ánimo de entender un poco más lo que puede estar pasando por nuestras mentes, hablamos con el psicólogo y psicoterapeuta David Rolong, quien nos explicó que ningún sentimiento de miedo o desasosiego es ‘exagerado’ ante el momento que vive Colombia. “Se están viendo posiciones mucho más fuertes, hay un gran sentido de la movilización. ¿Por qué es normal estresarse por eso? Primero, por la zozobra, que todo parte desde la incertidumbre porque no sabemos qué va a pasar o no va a pasar”, explicó, enfatizando es que es la incertidumbre lo que llega a afectar nuestra salud mental y que esto es algo inevitable, especialmente en una época en que la mayoría de nuestra información llega por las redes sociales. Al respecto, el especialista compartió algunas opiniones y consejos muy útiles a la hora de enfrentar el paro lejos de los nuestros y considerar ayudar aunque creamos que nuestra voz no es escuchada.
¿Qué podemos hacer para sobrellevar el choque de que todo está sacudido en casa y nosotros debemos seguir con nuestra vida normal?
Hay que tener en cuenta la forma en que se experimentan las cosas en su momento. No se trata de llamar a la calma solo por hacerlo, sino reconocer el estado emocional en el que estamos y qué somos capaces de hacer en este estado. Porque incluso estando yo en un estado desajustado puedo llegar a tener actitudes solidarias con otros, y ese estado puede llevarme a por ejemplo darle posada a un amigo que no puede llegar a su casa, o establecer una red de apoyo para una persona determinada. Entonces tenemos que ver los resultados de nuestras acciones en esos momentos. Porque pedir calma en esas instancias es complicado, es mejor revisar cómo podemos movilizar apoyo. Por eso es importante cuidarse, mantener contactos, usar las redes sociales como forma de apoyo y no de propagación de pánico, para protegernos.
También pasa que sentimos que no estamos haciendo suficiente, ¿cómo lo compensamos?
La situación de las personas por fuera hay que verla desde la solidaridad, que tiene distintos alcances. No es algo vacío o insignificante, y no podemos desvalorizar la posición de las personas que están por fuera por la sencilla razón de que siguen siendo colombianos. Y ese ser colombiano requiere no tanto de obligaciones patrióticas, pero sí de unas posiciones frente al país que nos hermana. Muchas de las personas que salieron a marchar no se conocen entre sí, pero se comparte un sentimiento que lleva a la cohesión social: ese sentimiento es que estamos en el mismo suelo, somos colombianos. Los que están por fuera no dejan de ser colombianos porque siguen teniendo participación ciudadana y política y es la que se legitima en estos momentos de alzar la voz, ya sea a favor o en contra. No se trata de caer en una sensación de insuficiencia sino verlo como una situación de solidaridad política debido a la condición de colombiano en el exterior y no ver la solidaridad como algo mínimo porque eso, al contrario de la indiferencia, es mucho.
¿Es decir que expresar nuestro apoyo a la gente que está marchando, cuenta también?
Cuenta porque el hecho de que tú no estés allá no quiere decir que no te toque la situación, pero en tu posición puedes ayudar al otro. Es algo que sigue siendo parte de cómo vives.
¿Qué consejo tendrías a la hora de conversar sobre el tema con conocidos que puede estén en la orilla contraria?
Aquí hay que reconocer que la polarización es el resultado de un proceso. Es común que hasta de los mismos ideales se forman discusiones. Lo que hay que hacer es llegar a acuerdos con las personas con las que tenemos posiciones cercanas y con las que no se está de acuerdo, evitar caer en esos juegos de discusiones personales, porque se termina pasando de la diferencia política al argumento personal. En esos casos las relaciones que penden de un hilo ante cualquier coyuntura se quebrantan. Hay que tener comunicación, asertividad y tolerancia.
¿Por qué es importante ejercer el autocuidado en situaciones como esta?
Porque el autocuidado me permite ayudar a los demás. Pareciera que es pensando en ti mismo pero si tienes condiciones que te permitan mantenerte a salvo también te permite ayudar a los demás de una manera más efectiva. Si yo tomo mis precauciones puedo permitirme ver qué le puedo ofrecer al otro, pero si todos estamos alterados no ofrecemos nada, pero si yo tengo unas bases mínimas puedo darle a otra persona parte de ese soporte mío para ayudar a sostenerla. El autocuidado nos beneficia a todos.
Debido a la importancia del autocuidado en momentos de estrés que se generan por estar lejos de una situación determinada, es vital tener en cuenta pasos básicos para llevarlo a cabo. El experto recomienda establecer redes de apoyo con amistades y familiares que puedan usarse en casos de crisis, buscar acciones que ayuden a mantener la calma, evitar enfrascarse en situaciones de incertidumbre o zozobra y además ser conscientes de la necesidad de desconectarse un poco si es necesario (apagar el celular, evitar las redes sociales por algunas horas o días). Todas estas precauciones pueden sonar sencillas, pero hacen una gran diferencia a la hora de sobrellevar la situación y ser de ayuda para quien lo necesite.
Escrito por: Jeniffer Varela Rodríguez