“Bajo control” fue la expresión que usó el presidente de Baviera, Markus Söder, al ser preguntado por el levantamiento progresivo de algunas de las restricciones impuestas el 15 de marzo para contrarrestar el avance del Covid-19 en la región. El estado de Baviera fue el primero en actuar contra la expansión del virus, el que impuso las restricciones más severas, y es ahora, con el resto de Alemania, una de las pocas regiones del mundo que da señales de recuperación. Con personas en las calles, los comercios abiertos y los bares y restaurantes funcionando (con capacidad reducida), los alemanes celebran la llegada de una nueva normalidad.
Aprovechando esta coyuntura, quiero compartir algunos rasgos de la vida cotidiana en Alemania que encontramos los colombianos al llegar al país, y que se evidenciaron aún en tiempos de cuarentena.
- El distanciamiento social
Hay que empezar diciendo que el distanciamiento social es un arte que los alemanes ya dominaban mucho antes de la pandemia. La vida social de los alemanes es muy diferente a la de los colombianos, o a la de sus vecinos italianos o españoles. Para los alemanes es importante tener su propio espacio, y se mantienen en contacto sólo con su familia directa y sus amigos más cercanos. Las reuniones con tíos, primos o amigos de otras épocas ocurren una o dos veces al año, y no son una prioridad. De allí que las normas de distanciamiento social tuvieran un impacto menor en la vida de los alemanes.
- El plan de domingo
En Colombia el domingo es el día para hacer mercado, visitar los centros comerciales, encontrarse con la familia, comer afuera y aprovechar el tiempo libre. Sin embargo, en Alemania y especialmente en Baviera, es raro encontrar locales abiertos al público los domingos. ¡Ni siquiera los supermercados están abiertos! Los alemanes usan este día para limpiar un poco la casa, estar en familia o ver a sus padres, pero no para hacer reuniones o eventos. La atmósfera durante los días de cuarentena en el sur de Alemania no era nada diferente a la de un domingo de un fin de semana cualquiera.
- Dos países por el precio de uno
Alemania en una mañana de enero es un país con personas serias, ciudades con calles vacías y silenciosas, temperaturas de unos pocos grados, luz solo entre las 8 de la mañana y las 4:30 de la tarde, y días son grises y apagados. Si no se es turista, el clima y la atmósfera en general hacen que las personas prefieran los recintos cerrados. Sin embargo, llegado el mes de marzo, Alemania se vuelve un país totalmente diferente. Con más sol y buen tiempo, las calles, los parques y los espacios abiertos se llenan de gente más sonriente y abierta.
Debido a que la cuarentena coincidió con el cambio de estación, fue acertado que el gobierno alemán decidiera permitir a las personas a salir a pasear o hacer ejercicio manteniendo la distancia mínima de seguridad y evitando aglomeraciones. Aunque todos los eventos públicos fueron cancelados hasta septiembre, incluyendo festivales y conciertos, lo cierto es que disfrutar del sol después de varios meses de invierno es algo más que necesario en el país.
- La naturaleza
Los alemanes disfrutan del contacto con la naturaleza incluso en los meses más fríos. Casi todas las ciudades cuentan con un jardín botánico y cuentan con zonas boscosas, ríos, lagos o reservas naturales cuidadosamente preservadas. Hacer caminatas por senderos o recorrer los caminos de la región en bicicleta es un pasatiempo común para alemanes de todas las edades.
Debido al cierre de los parques y los lugares públicos, las reservas naturales este año han tenido más visitantes de lo normal. Las calles estaban vacías durante la cuarentena, pero era común encontrar personas en los bosques de los alrededores practicando deporte o disfrutando de un poco de aire fresco.
- En la mesa, pan y cerveza
Alemania no tiene la variedad gastronómica de otros países, pero estos dos elementos no faltan en ninguna casa. La cerveza y el pan son dos grandes pilares de la dieta de los alemanes desde la edad media, y aún más durante el confinamiento. Las panaderías fueron uno de los pocos locales que no cerraron, ya que son visitadas por los alemanes a diario, tanto como las panaderías en Colombia.
Por su parte, Los sótanos en donde reposa la cerveza artesanal del norte de Baviera cerraron solo por pocos días. La cerveza artesanal es el trabajo de todo un año, por lo que es común que los habitantes de estas regiones apoyen a las cervecerías locales. Este apoyo es aún más necesario este año debido a la cancelación de los festivales de cerveza de la región, incluido el mundialmente conocido Oktoberfest.
Escrito por: Edgar Andrés Suárez Guarnizo
Como está son miles las historias de colombianos en el exterior. Si vives fuera de Colombia y quieres que los demás conozcan tu historia, esta es tu oportunidad. Escribe un mail a lorenasuarezbulla@gmail.com para más información.
¡Escribe con nosotros y conéctate con el mundo!