Cristina Puerta es editora de publicaciones de este organismo en París
La editora Cristina Puerta ha seguido un camino de Bogotá a la UNESCO que ha sido el resultado tanto de sus búsquedas personales como de las oportunidades de trabajo que se le han presentado en diferentes momentos de su carrera profesional.
Cristina estudió Derecho y Literatura en la Universidad de los Andes, hizo un máster en estudios anglófonos en la Université Paris-Sorbonne (Paris-IV), cuenta con una larga trayectoria como editora y desde 2009 vive en París.
Hija de madre francesa y padre colombiano, desde su infancia hasta sus años universitarios Cristina estuvo continuamente haciendo viajes de ida y vuelta entre Colombia y Francia.
Durante su adolescencia Cristina no sabía si debía estar en Colombia o en Francia y mientras trabajaba como editora de literatura infantil y juvenil en el Grupo editorial Norma se preguntaba qué pasaría en su vida si se fuera a vivir a otro país.
El camino de Bogotá a la UNESCO
Para Cristina el camino definitivo de Bogotá a la UNESCO ha tenido algunas paradas intermedias.
En 2008 la curiosidad y el deseo de buscar nuevos horizontes personales y profesionales llevaron a Cristina a dejar su trabajo como editora en Norma para probar suerte en España, aunque sabía que no le resultaría fácil encontrar otro empleo cuyas condiciones igualaran o mejoraran las que había tenido hasta entonces en la editorial colombiana.
Tras una estancia inesperadamente breve en Barcelona, Cristina se instaló en Madrid a raíz de que la llamaron de la editorial Taurus para proponerle hacer una sustitución por maternidad en el cargo de editora ejecutiva.
Por esos días Cristina no solo trabajó en Taurus, sino que también colaboró con Alfaguara e incluso llegó a recibir una oferta de trabajo indefinido que al final no se concretó debido a la inesperada emergencia de la crisis financiera de 2008.
En medio de la incertidumbre, Cristina aceptó un trabajo como consultora en las oficinas centrales de la UNESCO y en 2009 se mudó a París.
Cristina trabajó un tiempo en la división de comunicaciones de la UNESCO haciendo informes sobre temas con respecto a los cuales no sabía mayor cosa y estando allí presentó una entrevista para cubrir una vacante de especialista editorial de la unidad de publicaciones de este organismo que terminó siendo ocupada por otra persona.
Breve paso por Flammarion y regreso a la UNESCO
La etapa de Cristina como consultora en la UNESCO llegó a su fin en 2010, cuando se le presentó la oportunidad de trabajar como editora de libros ilustrados en la editorial Flammarion.
El trabajo de Cristina como editora ejecutiva en Flammarion consistió sobre todo en hacer libros de mesa de centro sobre cocina, arte, fotografía y moda.
Contra todo pronóstico, Cristina regresó a la UNESCO en 2011 después de que le ofrecieron ocupar el cargo de especialista editorial de la unidad de publicaciones al que un tiempo atrás había postulado infructuosamente.
Desde entonces el trabajo de Cristina en la UNESCO ha abarcado tareas como la gestión de derechos de autor y el suministro de apoyo en materia de preparación de publicaciones a las distintas dependencias de la sede central del organismo en París, a las más de cincuenta oficinas que este tiene alrededor del mundo y a los especialistas de diferentes disciplinas que trabajan en él.
Muchas de las publicaciones en las que Cristina y su equipo trabajan son de naturaleza institucional, tienen un carácter técnico, se dirigen a públicos especializados, se ocupan de temas como ciencia, educación, patrimonio y cultura y se difunden gratuitamente por fuera de los circuitos tradicionales de la edición comercial.
Gracias a su formación como abogada y literata, prácticamente sin buscarlo Cristina dio un salto de Bogotá a la UNESCO cuyos azares en algunos momentos le han permitido explorar otros caminos y regresar de nuevo al que hoy en día sigue siendo su lugar de trabajo.
Nuevos proyectos de la mano de editoriales comerciales
En los últimos tiempos Cristina ha trabajado en diferentes proyectos de coedición con editoriales académicas y comerciales, sirviendo como puente entre la UNESCO y estas.
Esta nueva etapa de su trabajo en la UNESCO tiene un componente creativo que para Cristina es una potente fuente de motivación debido a que le ha permitido volver a hacer libros para niños, editar publicaciones para distintos públicos que se sustentan en diferentes modelos de negocio y se difunden en una amplia variedad de circuitos, establecer vínculos entre los mundos editorial e institucional y trabajar con editoriales de países como Chile, China, España, Estados Unidos, Marruecos, Reino Unido y Sudáfrica.
La historia de Cristina deja bien claro que su camino de Bogotá a la UNESCO fue el inicio de un viaje fascinante que ha estado lleno de sorpresas y en el que todo puede suceder.