A unos minutos del inicio del conversatorio, la sala Simón Bolívar está a reventar: el aforo de 72 sentados se ha completado, y los que llegan con un poco de retraso escucharán de pie. Entre los asistentes nos colamos varios periodistas, algunos armados con cámaras y reporteras, otros con lápiz y papel, a la vieja usanza. Colombia es el país encargado de inaugurar el ciclo ‘Acá es aquí’ en la Casa de América, que tiene como finalidad dar voz a la experiencia de los latinoamericanos en su proceso de integración en España, así como reconocer su valiosa aportación a diversos ámbitos como la sociedad, la economía y la cultura.
Los invitados son personajes reconocidos en ambos mundos: la actriz Juana Acosta, el director de cine Sergio Cabrera, el periodista Julio Sánchez Cristo y la directora de la editorial Alfaguara, Pilar Reyes. El conversatorio lo modera Winston Manrique, director de W Magazine, quien también escribe para el diario español El País. Todos llevan varios años en Madrid, y aceptaron la cita para contar la historia de cómo cruzaron el charco, los altibajos en su experiencia migratoria y cómo ven a Colombia desde la distancia.
El ciclo ‘Acá es aquí’ se inauguró en la Sala Simón Bolívar de la Casa de América, en Madrid.
“Estar en España me hizo estar mucho más en Latinoamérica”
Juana Acosta llegó por primera vez a Madrid en 1997, al final de un viaje con mochila alrededor de Europa, la capital española fue su última parada por una razón: venía a estudiar teatro. Volvió a Colombia a terminar su carrera, pero en el fondo sabía que volvería. Años después, cuando su carrera en España estaba despuntando, llegó la crisis, y con ella la falta de trabajo. Esta caleña recursiva encontró entonces la solución: cuidar el mercado latinoamericano en Europa. Empezó a estar más presente en la comunidad latina y sus eventos, se acercó a los directores, participó en festivales iberoamericanos, y eso no solo le abrió camino en una industria hostil, también la llevó a ser más consciente de sus raíces y a darse a conocer allí, desde aquí: “estar en España me hizo estar mucho más en Latinoamérica”, resume en una frase.
Algo similar le pasó a Pilar Reyes, quien dice que “viviendo en Colombia era difícil pensar que uno pertenecía a esa cosa llamada América Latina”. Su experiencia se dio en medio de la “tormenta perfecta”, como ella misma la describe: aterrizó en España en el 2009, en plena crisis económica y en medio del auge del libro digital. Su experiencia en el mercado editorial colombiano, en “crisis constante”, la preparó par asumir el reto y tomar las riendas del sello Alfaguara en el viejo continente. El hecho de trabajar con la literatura en español la hizo sentir “profundamente latinoamericana, testigo de un continente muy conectado culturalmente, y cuya relación con España es constante y fluida”.
Pilar Reyes comenzó a trabajar en el mundo editorial a los 21 años y hoy es considerada como una de las 50 personas más influyentes en ese mundo.
Esa misma perspectiva que otorga la distancia es tal vez la razón por la cual Sergio Cabrera sigue pensando en crear “historias colombianas”, a pesar de llevar en España tantos años. Su llegada a Madrid fue un poco más atropellada; corría el año 2000 y el director de cine había dejado de lado todos sus proyectos cinematográficos para dedicarse a la política, era Representante a la Cámara y por razones de fuerza mayor tuvo que “salir corriendo”. El país más “a la mano” era España, pues había heredado la nacionalidad de su padre. Después de grandes esfuerzos por retomar sus contactos y sus proyectos, terminó metiéndose de lleno en la televisión española: dirigió una miniserie de TVE sobre Severo Ochoa -Premio Nóbel de Fisiología y Medicina-, otra sobre la vida del ex presidente Adolfo Suárez, e incluso participó como realizador de Cuéntame, una de las series más populares del país, al aire desde el 2001.
Para Julio Sánchez Cristo, estar en España le permite “estar en el mundo”; el día de la conferencia había hecho un recorrido global en su programa de radio desde la Gran Vía de Madrid: habló con la primera ministra escocesa Nicola Sturgeon sobre el Brexit, voló a China para entrevistar personas sobre los disturbios, habló con mandatarios bolivianos sobre la crisis electoral y remató con las manifestaciones en Santiago de Chile. “Esto es así todos los días de mi vida y es gracias a la oportunidad de estar aquí”, afirmó ante el público. El periodista, ganador dos veces del premio Rey de España, llegó a Madrid en el 2002, cuando el grupo Prisa le ofreció hacer un programa internacional en la emisora La W, desde Madrid. Desde ese momento trajo al país su formato radial particular, “un poco más desordenado, una radio menos cuadriculada” como él mismo lo describe, posible por el trabajo de un equipo desvertebrado de reporteros repartidos en varios países del mundo, que gracias a la magia de la tecnología logra la ilusión de estar sentado en la misma mesa.
Además del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, Julio Sánchez Cristo ganó dos veces el Premio Rey de España a la Mejor Radio de Iberoamérica en 1998 y 2012.
“Hablamos el mismo idioma… Pero no tenemos el mismo acento”
Bien lo dijo Antonio Pérez-Hernández Torra, director de Casa de América al inicio de la charla:
“El colombiano es una persona abierta y extrovertida, que da mucha importancia a los valores familiares y está orgulloso de su cultura, de su gastronomía, de la belleza de sus ciudades, de sus paisajes y de su forma de hablar. Este es uno de los rasgos que más nos sorprenden: los buenos modales y la dulzura del lenguaje del colombiano son reconocidos por toda la comunidad hispanohablante”.
Más allá de una lengua común, el lenguaje en toda su expresión -con sus giros, acentos, vocablos y regionalismos- es la forma primaria de interacción, y por consiguiente, puede representar una ventaja o un obstáculo a la hora de integrarse en una cultura diferente. Al hablar de su experiencia, Juana Acosta dice que a pesar de hablar el mismo idioma, no tenemos el mismo acento y reconoce que esto en su industria es clave. Para entrar de lleno en el mundo del cine y la televisión españolas, la actriz tuvo que tomar clases de dicción y aprender el acento español; si quería competir con las actrices españolas y dejar de hacer solamente “roles” cliché, tenía que dejar “la melosería caleña” a un lado y meterse de lleno en los zapatos de una española, con un carácter mucho más fuerte según su forma de verlo.
La actriz Juana Acosta empezó su carrera en España participando en series como ‘Policías, en el corazón de la calle’ y ‘Hospital central’. Actualmente trabaja en varios proyectos de Netflix y HBO.
Una experiencia similar fue la que vivió Sergio Cabrera, quien contó que lo complicado no era meterse en las historias españolas y comprenderlas para poder dirigirlas, sino dirigir a los actores. “Un día vi a los niños de Cuéntame un poco tensos, callados, así que le pregunté a su tutora qué les pasaba. El problema era que ellos pensaban que yo estaba enojadísimo con ellos porque en vez de tratarlos de ‘vosotros’ lo hacía de ‘ustedes’, como es común en nuestra tierra”, cuenta el director de cine. Desde ese día tuvo que adaptarse, tal vez como también lo hizo su abuelo republicano cuando, recién llegado a Bogotá en busca de refugio en plena guerra civil española, se encontró con un gran dilema a la hora de pedir un desayuno: “¿le provoca un tinto o un perico?”, le preguntó la dueña de la cafetería, a lo que él, confuso pero sincero, respondió: “señora, le entendí el “‘le’”. Las anécdotas generaron risas entre el público.
El imaginario de Colombia en España
“¿Ha cambiado el imaginario de Colombia en España desde el momento de su llegada hasta hoy?”, se aventuró a preguntar un periodista brasileño dando paso a una reflexión, tanto entre los protagonistas de la charla como entre los asistentes. Para Julio la respuesta era clara: “se está perfeccionando un acuerdo de paz, pero mientras haya una demanda de droga mundial y no cambien las políticas antidrogas, Colombia siempre será presa de una imagen ligada al narcotráfico”.
El punto de vista de Pilar era bastante diferente: “somos embajadores de otra Colombia; una Colombia competitiva, contemporánea, ágil, que conversa con sus pares de la región”, afirmó después de analizar el tipo de literatura que se hacía hace unos años y la que se hace ahora, al comparar dos novelas célebres de escritores colombianos: para la editora, La virgen de los sicarios de Fernando Vallejo (2000) hablaba del problema de las mafias y la violencia en Colombia desde la ira y la indignación, mientras que El ruido de la cosas al caer de Juan Gabriel Vásquez (2011) lo hace desde un sitio de reflexión, aunque trate la misma temática. Para ella, la mirada de Colombia desde la narrativa es diferente, pues además se están introduciendo otros temas en la literatura, el arte y otras industrias: “somos creadores de cine, de personajes y de formatos radiales”, finaliza con un guiño a sus compañeros de mesa.
Juana coincidió con su punto de vista: “en las ficciones hemos tenido una sobredosis de narcos, de drogas y de violencia. Yo creo que esto está empezando a cambiar, se están contando otras historias”. Cabrera, sin embargo, concordó con ambas visiones, pues aunque cree que el fenómeno de la violencia sigue presente en el imaginario que se tiene de Colombia, también piensa que el mundo cultural colombiano ha empezado a alcanzarlo en importancia, y que en los 25 años que han pasado desde que vino por primera vez a España, las cosas han cambiado mucho.
El artífice de películas como ‘La estrategia del Caracol’, y ‘Perder es cuestión de método’ vive en España desde el año 2000.
“La gente ahora tiene ganas de ir y eso antes no pasaba… ¡Incluso se quedan!”, comenta Juana. “Es verdad. Yo llevé a ocho españoles a Colombia para una serie histórica y tres de ellos se quedaron; trabajan incluso con acento colombiano”, remata Sergio, demostrando que el flujo cultural y de personas es de parte y parte.
Después de una hora larga finalizó el conversatorio, pero para cerrar este artículo es necesario hacerlo con las palabras finales del discurso de apertura de Antonio Pérez-Hernández Torra: “seguramente muy pronto los madrileños acabaremos diciendo ‘vuestra merced’ y ‘qué pena con usted’; comeremos arepas, bailaremos al son de Colombia y seremos mucho más felices”.
*Imágenes tomadas de la página web de Casa de América.
Escrito por: Manuela Osorio Pineda